Aquellos que han visto su vida transformada por el encuentro providencial con mi persona. Sabrán que a veces (está bien, muy seguido) exteriorizo mi lado naco. Así que para un viernes casual, te invito a que el día de hoy pongas en práctica el beso de paleta. Sí sí, el beso de paleta. Ese que termina en un palito.
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