A dóooondeee iráaaan.......

No hubo tambora, ni mariachis o banda, ni siquiera una grabación con las "Golondrinas". Pero bueno, ni modo, aquí estoy en el aeropuerto para partir a la Ciudad de las Luces (al menos eso dicen). Esto no significa que la queja dogmática e irracional se suspenderá ¡Jamás! Sólamente se exportará y en el mejor de los casos se tomará unas muy merecidas vacaciones (seeeeh....)

Y como hay que quejarse de algo, me quejaré de mi vuelo de conexión Regiolandia-Pejelandia. La verdad se me había olvidado lo desagradable que es viajar por clase turista (no me importa sonar mamón, pero es la verdad). Me sentí un poco como obrero de la India que era trasportado de su pueblo a su lugar de trabajo. Considero inhumano el espacio que existe en estos asientos, la realidad es que ninguna persona (que presuma y se ostente de serlo) puede viajar "cómodamente" en estos intentos de asientos, que poco... muy poco comparten con la idea platónica de ASIENTO. Y para acabarla de fregar, a lado me tocó un fornido personaje que seguramente pesaba más que todo el equipaje del avión ¡¡¡Hijooooo de Pumbaa!!!! El respirar forzado, el sudor en la frente y su simpática lonja acariciándome el brazo fueron poco más de una hora de viaje que el pseudo burgués-aristotélico tuvo que soportar.

Al salir del avión de Aeromiedo tomé el Aerotren (una de las "notables, necesarias y elgantes" mejoras que tiene la Terminal 2 del AICM). Bastante adecuado el trenecito, aunque la gente que estaba esperando parecía que estaba haciendo fila para subirse a un juego de Six Flags. "Uuuh qué chafaaa va bien leeentoooo" oí decir a un distinguido chilaquil.

Y bueno, aquí estoy degustando un vino escocés con agua mineral mientras espero la salida del flamante jet francés que me llevará a la aventura europea. Así que la queja tendrá que esperar.

¡¡¡Demonios, odio esperar....!!!

*** Espero que mi vuelo de Air France no se convierta en la nueva temporada de Lost.