20.1.10

Julia, mis boxers y el aguacate

¡Aaay Jesús Dios! El día de hoy me he salido una vez más de mi casa, desafiando tus enseñanzas de pulcritud y decencia, (y sé que no será la última) sin mis boxers. Sé que tanta comodidad puede ser pecaminosa. Afortunadamente Julia, la señora que me ayuda a poner orden en mi departamento… y también mi vida, vino a lavarme ropa, hacerme de comer, plancharme unas camisas y disfrutar de aquello de vivir como persona decente… bueno, o al menos como persona.

Me preguntó Julia al mediodía: ¡Joven! ¿Le gusta la carne roja? –le respondí que sí, efectivamente así era – ah bueno…. Para hacerle unos tacos dorados de pollo. Y cuando creí que ahí ya me había sorprendido, a la hora de comer me dice: No joven, me dieron flojera los tacos dorados y mejor le hice unas milanesas de pollo. ¡Jesuscristo súper estrella amo del Rock ‘n Roll y del Reggaeton… con más flooow! Qué bien me cae esta mujer.

Y bueno, mientras deleitaba mis pechugas de pollo en modalidad taco placero, especulé, reflexioné y concluí: al aguacate nunca se le ha hecho justicia. Tanta delicia verdosa y nadie ha lanzado unos cuantos versos, rimas o una balada romántica que alabe la creación de la aguacateidad.

Así que aprovechando mi mood animoso afectado por estos últimos días de cielo despejado y mucho sol, me decidí a hacer la Oda al Aguacate. Sin pretender fama o laureles, sólo compartiré estas líneas, estrofas, versos, rimas, lista de super, o lo que esto signifique, con ustedes.

Los que tienen el hermoso placer de conocerme, sabrán que las siguientes líneas carecen de belleza literaria, y que la estética más cercana a la que podría aspirar es a unas rimas de Reggaeton… así que sin decir más, aquí los dejo. ¡Alabado sea el Aguacate!

Oda al Aguacate

Aguacate

bello fruto incomprendido,

manjar de reyes

y mantequilla de los pobres.

Debajo de tus negras ropas

escondes tu suave y deliciosa piel,

no tengas miedo

enséñame la dureza de tu corazón.

Compañero del arroz y jitomate ,

seductor de la tortilla y

amante de la lechuga,

no dejes que la envidia del chile

obscurezca tu verdor.

¡Oh mi amado fruto vegetal!

jamás te haré enojar,

no desataré tu ira ni tu rencor,

sólo pido tus favores

y tu desnudez sobre mi noble taco.

No hagas caso a voces necias,

sigue tu curso natural

y como la mariposa,

transfórmate en un rico guacamole

El cuchillo será nuestro testigo

al separar tus bellos hemisferios,

con delicadeza seducirás mi paladar

y honores rendiré a tu mexicano origen.

¡Ahuacátl siempreverde!

No te ausentes en mis comidas,

y siempre adorna a las ricas enchiladas.

2 comentarios:

Warbrum dijo...

Es la peor mierda que he leído en mi vida, jajajaja

Z.M. dijo...

jajajaajja! mamadooor...